Un año más el domingo de Pascua los padrinos y las madrinas regalarán a sus ahijados la tradicional “Mona de Pascua”, que se comerá el lunes después de un tradicional banquete familiar o de amigos que, generalmente, y si el tiempo lo permite, se celebrará al aire libre, ya sea en el campo o en la playa. La “Mona” es una costumbre muy arraigada en Cataluña y en el País Valenciano. Acostumbra a ser un pastel adornado con frutas confitadas y huevos u otras figuras de chocolate que se compra en pastelerías y hornos. Tradicionalmente tenía el sentido de marcar el paso del tiempo para el niño o niña a quien su padrino o madrina le regalaban la “Mona”, ya que cuando hacía la primera comunión dejaba de recibir el dulce regalo. Hoy en día obsequiar con la “Mona” no tiene edad y ya no se circunscribe únicamente al obsequio entre padrinos y ahijados, ya que se regala entre abuelos y nietos, tíos a sobrinos, o incluso entre amigos. Además, las tradicionales figuras de huevo de chocolate comparten protagonismo con elementos del mundo infantil como personajes de series de dibujos animados o reproducción de juguetes (coches, motos, aviones, pelotas de futbol…) o animales (gatos, gallinas…). Por lo que se refiere al nombre, parece haber opiniones contrapuestas que “mona” proviene del árabe “munna”, que significa regalo, o bien del latín “munda” y “mundum” que se refería a una panera con viandas que se regalaba. Sea como fuere, la “Mona” es una sana costumbre muy arraigada en Cataluña y Valencia, a pesar de su adecuación a los cambios sociales y culturales. ©im365

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